sábado, 29 de junio de 2013

70 años.

Y cuando tengamos 7O años sentarnos en un banco, y recordar la primera vez que nos besamos como si fuera ayer, eso quiero.

Cállame, pero a besos.

Mátame, pero a cosquillas. Asfixiame, pero a abrazos. Despiértame, pero con un mensaje tuyo. Hazme llorar, pero de alegría.

Quizá.

Te amé tal y como eras, y jamás querría que fueras de otra manera, te amé sin comprenderlo todo de ti, convencido de que el tiempo me daría la manera de hacerlo; quizás en medio de todo ese amor olvidara a veces preguntarte si me amabas hasta el punto de abrazar todo lo que nos separa. Quizá.

Amor a fuego lento.

Ya he probado las prisas, el sexo exprés y los amores precipitados y la abolición de los preliminares, los ombligos pasajeros, los te quiero a primera vista, los cuerpos fugaces, las bodas en las vegas, las cremalleras atropelladas, me enamoré de desconocidas, y las desquise a contrarreloj.
Ya no quiero eso. Necesito encontrar un amor a fuego lento.

Hay cosas de las que es mejor no hablar.

Nadie tiene miedo.

De enamorarse nadie tiene miedo, la gente tiene miedo de lo que ocurrirá después.

Lo que quería era a él.

Estaba llena de dudas y al mismo tiempo tenía la certeza que todo lo que quería era a él.

La vida de un hombre puede cambiar muchas vidas.

¿Has pensado alguna vez que es lo que marca el tiempo? ¿Si una vida puede tener importancia en el mundo? ¿O si las decisiones que tomamos importan?Yo creo que si. Y también creo que la vida de un hombre puede cambiar muchas vidas para mejor, o para peor...

Tú sonrisa no me cambió la vida, me la dio.